
«La ciencia sin ficción es matemáticas».
M.A. Vera
Es curioso como los astros parecen alinearse cuando haces algo que te gusta. Como cuando tu agenda se despeja o el cansancio del día se desvanece cuando llegas a casa de un amigo. Ecos futuros nació de ese sentimiento.
La primera semilla germinó para poder reunirme con unos amigos y pasar un buen rato en torno a una mesa, jugando una partida de rol. En ella puse mil clichés ya mil veces masticados, que hilaron la primera versión de la historia.
Cuando quise llevarla más allá y convertir esa semilla en una historia seria, tuve que cambiar muchas cosas, pero pude mantener las emociones que aquel día sintieron los jugadores que se sentaron conmigo a la mesa. La incertidumbre de no saber por qué, el miedo de no hacer lo correcto, la emoción de saber que, de todas formas, vas a actuar. Son todas sensaciones que trasladé al papel para poder compartirlas con el resto del mundo.
Perdida en sus pensamientos Yelena observaba de vez en cuando el cielo, jugando a adivinar algo de luz, o el color azul entre los nubarrones.
–Echo de menos el Sol. –susurró sin darse cuenta.